Todo lo contrario
Cambiar la dirección al último momento, girar a la izquierda y seguir por el lado contrario al que tenías pensado. Pasar por carretera sin destino fijo, perderte entre el asfalto, la plática, la música, el bosque y encontrarte rincones ocultos. Salir a comer fuera de la ciudad y quedarte esa noche en una cabaña. Bañarte en una fuente, invitarle el desayuno al chavito que vende quesos, elegir un libro al azar y descubrir a tu autor favorito…
¿Y si hoy hacemos todo lo contrario a lo planeado?
Con amor,
Alix
Fotos: Efrén
Y ahora si… ¡Comentarios!
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